Equipaje de Mano

La línea del verso. Presentes antiguos, de Estela Mamaní

Juan Páez

Este año, Equipaje de mano adopta la forma de una pieza inconclusa, un mapa imperfecto y discontinuo que se propone recorrer algunos lugares de la Argentina para conocer su diversidad literaria. Se trata de un recorrido por las diferentes regiones en busca de autores y autoras que produzcan desde cualquier punto del país. Y como no podía ser de otra manera, este ciclo comienza con la visita al interior de la provincia de Jujuy, más específicamente, a la localidad de Tilcara.  

Presentes antiguos de la escritora Estela Mamaní se publicó en 2018 a través del sello Apóstrofe. En las primeras páginas del libro se declara que el nombre corresponde a la obra Caín de José Saramago. No obstante, y más allá de la referencia libresca, el poemario ubica al lector frente a una interrogante inicial: ¿qué son estos presentes de antaño? El título propone un doble movimiento ya que alude tanto a las presencias que vienen del pasado como al pasado que se presentifica.   

En este libro la voz construye un paisaje temporal, una suerte de bosque hecho con las medidas del tiempo. El registro poético comienza el 1 de agosto de 2006 y finaliza el 17 de enero de 2011. Las fechas, que dan título a los poemas, ordenan esta cronología poética. Los días, meses y años, a su vez, dan forma al poemario y transforman la experiencia cotidiana en un acto de creación. Sin embargo, de este recorte temporal, solo se seleccionaron algunos días puntuales, de modo que estos van disminuyendo según transcurre la lectura.

El poemario adquiere las características de una crónica que es propia y ajena. La voz, que se construye, se nutre de otras voces y logra articularlas en un diario íntimo y comunitario. Los nombres de los seis apartados dan cuenta de esto: «Diario de una» (2006); «Diario de algunos» (2007); «Diario de lo que nos debemos» (2008); «Diario de nadie» (2009); «Diario de muchos» (2010) y «Diario prestado» (2011).

El libro es un verdadero abanico de posibilidades creativas puesto que, a la deriva temporal, se le suma el trabajo con la disposición de los versos. Sus numerosas disposiciones crean imágenes en la hoja y construyen una voz que, por momentos, balbucea:

           

Como puede apreciarse, las letras parecieran haberse caído de la línea versal. O simplemente se rebelaron contra su tradición y ordenamiento. Arrojadas en/al espacio blanco, quiebran el silencio con juegos visuales. Entonces, ¿cómo pronunciar el desorden?

Como si fueran juguetes esparcidos en ese suelo de la hoja, las letras crean una atmósfera atravesada por la infancia en tanto estadio prelingüístico. En definitiva, Presentes antiguos (2018) propone un recorrido que es temporal y compositivo, de allí esa voz que, entre letras-juguetes, canta, cuenta y juega.  

Audio columna

En marzo, Juan Páez vino con su sección Equipaje de Mano. Este año nos lleva de viaje por Argentina en libros. Hoy Presentes antiguos (2018), poemario de la jujeña Estela Mamani.

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